Acidez muscular... acidez emocional.





Daniela. 26 años. Corredora de carreras de 10k, 21k y maratón (42,195 k).

Ex - jugadora de Hockey.

Cuando comenzó a entrenar con nosotros, se acercó con el anhelo de poder correr 30 minutos sin parar.

Comenzamos con una planificación adecuada para su estado y objetivos.

Al poco tiempo ya estaba corriendo 20 minutos sin parar y en un plazo de 4 meses corrió su primer carrera de 10 k.

Tal fue la emoción y entusiasmo que le generó haber sobrepasado ampliamente su objetivo (corrió la distancia en 60 minutos), que quiso ir por más.

Y fue por  una de 15k y así sucesivamente hasta tener entre sus conquistas 4 maratones, la última cumplida en 3 hs. 22 min. 12 seg.

Cualquiera de nosotros podría decir que es una persona “muy entrenada”… o no?!

Un día, chusmeando el Facebook, recibe una invitación para al Grupo de “Ex – jugadoras” del club donde ella había jugado hasta los 22 años. Se unió.

Como suele pasar en esta era de re-encuentros con compañeros de nuestra historia, se organizó una reunión en el club.

Pero de que otra manera iba a ser mejor sino jugando un partido que terminaba con un Tercer tiempo cargado de viejas anécdotas y la síntesis de la vida actual de cada una.

Siete contra siete en el terreno de juego. Jugaron en cancha chica para “correr menos”.

 Las más entrenadas, o las que seguían con alguna actividad,  fueron las que primero querían jugar. Daniela estaba en la cancha.

Comienza el partido y las chicas corrían empujando la bocha. La hacían correr velozmente en cada pase. De tal manera que casi era invisible al espectador.

Daniela se movía sobre la banda derecha de arriba abajo. Entre piques, fintas y dribling.

A los 20 minutos de partido Daniela cayó exhausta.

Sus piernas al borde del calambre y/o la contractura, no sabía definírmelo bien. Sensación de que le pesaban mucho. Quizás arrastraban el alma, que la tenía por el piso.

Decepcionada y frustrada. Ella se creía la “Más” entrenada…y estaba pidiendo el cambio.


El ácido láctico proviene de la descomposición de glucosa cuando no hay presencia de oxígeno (metabolismo glucolítico), es decir, un ejercicio anaeróbico como sería el levantamiento de pesas, correr a velocidad elevada o con cambios de ritmos donde hay mucha intensidad y poca duración.

En condiciones dónde metabolizamos energía a través del ejercicio aeróbico (con presencia de oxígeno) y cuando estamos entrenados para la Tolerancia láctica, ese ácido se reutiliza y no hay mayor problema.

Pero cuando seguimos con intensidad un ejercicio, el ácido láctico comenzará a acumularse al no darle tiempo al organismo a retirarlo. Esto provoca la acidificación de fibras musculares, que tiene dos consecuencias importantes:

  • Se inhiben las enzimas encargadas de romper la molécula de glucosa para obtener energía, por lo que se nos corta la producción energética de esta vía y como sabemos, si no hay energía, no hay movimiento.
  • Se impide que el calcio, componente fundamental para la contracción, se una a las fibras musculares y consecuentemente no se de la misma.

Por tanto, cuando hay mucho ácido láctico en el cuerpo, no tenemos ni energía ni capacidad para contraer los músculos, esto no es otra cosa que fatiga y lo mejor que podemos hacer es trotar suavemente unos minutos para restituir los músculos, luego elongar y parar la actividad hasta recuperarse.

¿Cómo podemos evitar el ácido láctico?
Para mejorar la tolerancia al lactato no hay otra cosa que entrenar generando lactato de forma progresiva para así ir adaptando al organismo a que recicle este componente y no se acumule, y también a soportarlo mejor.
El entrenamiento para la mejora de la tolerancia del ácido láctico se desarrolla en intesidades de trabajo anaeróbicas, siendo muy adecuado el entrenamiento intervalado intensivo.
Combinando intervalos cortos (hasta 3 min aprox.) de trabajo a intensidades de FC (frecuencia cardíaca) límite (90-95-100% de la FC máx.) con recuperaciones en zonas aeróbicas. Por ejemplo, pico al 95% de 2 min y recuperación al 65% de 4 min.
Como se puede deducir, se requiere un corazón bien entrenado para alcanzar tan altas intensidades y mantenerlas, minimizando todos los riesgos posibles.
Daniela pidió agregar entrenamiento anaeróbico en sus sesiones ya que de vez en cuando quiere despuntar el vicio sin frustrarse.

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