SER DOCENTE o in-docente

En esta época donde estuvo muy presente la palabra DOCENTE, quiero traer a la reflexión que significa “SER DOCENTE”, que a mi juicio, difiere de “HACER DOCENCIA”.

Yo creo que aquel que “ES” docente inevitablemente “HACE” docencia, pero no siempre aquel que “HACE” docencia “ES” docente.

Este manipuleo de palabras que puede llegar a confundir, con esta anec-NOTA, voy a tratar de ejemplificar lo que quiero sugerir.

:: Ana es profesora de inglés en un instituto que fundó junto a su hermana en la localidad de General Pacheco. El Instituto, es muy  reconocido en los comentarios de padres que buscan que sus hijos aprendan el idioma de manera extra escolar.

Alguna de las frases que suenan son:

“En el instituto de Ana son muy exigentes”.

“No sabes cómo domina el inglés Ana! Parece nativa como habla!”

“Yo lo mando de Ana porque ahí, si no aprenden, no los hacen perder el tiempo… “

“Es caro, pero te garantizas que salga hablando Ingles…”

Y tantas otras frases que hacen alusión a sus rasgos de enseñanza más distintivos.

Cuando Diego tenía 12 años, sus padres orgullosos de él, deciden cambiarlo de Instituto, influenciados por tantos comentarios garantizados, que circulaban en cada salida de la escuela entre los adultos.

El había pedido estudiar inglés desde pequeño ya que le atraía la idea de hablar en otro idioma. Y en los 4 años ya cursados, había sido consagrado como mejor alumno al finalizar cada uno de ellos.

Al culminar el primer ciclo lectivo en el nuevo instituto, Diego NO fue mejor promedio esta vez. Tampoco segundo. Fue último y casi repite.

Que paso? se preguntaban todos.

Sus padres creyeron que haberlo mandado a la academia inglesa que eligieron en primera instancia, había sido un error. ”Tendríamos que haberlo anotado en lo de Ana como única OPCION” dijeron.

Con mucho esfuerzo, Diego logro terminar los tres años posteriores. Siempre rindiendo exámenes en Marzo y pasando al borde del precipicio.

Una década  más tarde logre tener una conversación muy profunda con é y pudo soltar, con dejos de angustia, el padecer que sufrió en esos tiempos.

Ana fue su profesora siempre. Y realmente le tenía MIEDO, ya que por no tener la tarea hecha, o por no haber estudiado, o por no entender fácilmente algún concepto, ella lo exponía y ridiculizaba ante todo el curso. No solo a él, lo hacía con cualquiera que no cumpliera con sus demandas.

Esto producía tremenda angustia, bronca y desmotivación en Diego. Ya que no solo estaba pasando por una etapa de desarrollo con muchos cambios, sino también que era uno de los más jóvenes de su clase.

Y encima, había una chica que le gustaba. Que nunca le dio bolilla por supuesto, si cada vez que entraba al aula traía pateando su autoestima.

Diego no supo decir lo que le pasaba durante este período, ya que todas esas sensaciones se amalgamaban con su propia EXIGENCIA, que fue el motor para terminar y obtener el título.

Muchos años más tarde logro sacarlo a la luz y comentarlo. Le llevo tiempo poder digerir y entender lo que había vivido en esa época y le costó más remontar las ganas de leer, hablar o escribir en inglés. Que era su objetivo desde que tenía 8 años. ::



Por eso hoy creo que SER DOCENTE, no es solamente saber sobre un tema y transmitir esos conocimientos a los alumnos para luego evaluar si lo aprendieron. Calificando de manera positiva o negativa la evaluación.

También pienso que, cualquiera sea la materia o disciplina en la cual instruir, el docente debe crear el contexto apropiado para el aprendizaje. Donde reine la confianza hacia él y los compañeros y  la motivación individual a través de generar un espacio sin presiones ni burlas, con participación y colaboración de todos en el desarrollo de la clase o la sesión.

La enseñanza del DOCENTE no garantiza el aprendizaje, los alumnos son los que APRENDEN si el contexto es el apropiado. Y cada evaluación realizada a ellos, debería ser una prueba de su propia capacidad para generar ese espacio. Y no debemos olvidar, que en este proceso,  nosotros seguimos APRENDIENDO.

Diego, es el primer nombre de Gastón Aldave, dicho en tercera persona. O mi primer nombre si lo cuento en primera.

Desde que nací me llaman Gastón, pero Ana era tan estructurada, que siempre me llamó Diego. Y muchas veces no me sentía YO.

De esto aprendí algo mas para SER DOCENTE; es mejor llamar a las personas como a cada uno le gusta ser nombrado.

Until the next note. Thank you.

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