CALIDAD DE VIDA – P.P.P. (Pilar de la Percepción Personal)

Vamos a continuar en el trayecto que venimos observando para evaluar nuestra calidad de vida. Y justamente el pilar que vamos a distinguir aquí es el que le llamo PP, Percepción Personal.
De la misma manera que percibimos el exterior que nos rodea, desde nuestra subjetividad, también lo hacemos con nosotros mismos. Cuando nos conectamos a través de nuestros sentidos con el exterior (vista, oído, gusto, tacto, olfato), haciendo foco en un hecho o una situación, es decir, cuando pongo la “atención” y registro un suceso. El mecanismo natural e inconsciente es llevar esa percepción a nuestro cerebro, donde será interpretada y relacionada con la información que tenemos previa. Con las creencias, la cultura, los deseos, las experiencias, en fin, con todo lo aprendido hasta ese momento. Esa interpretación va a generar una emoción, y desde ese estado vamos a actuar, responder, tomar una decisión, elegir, etc. Y también esa emoción se verá reflejada en el cuerpo. Cuando la misma emoción es recurrente, se transforma en estado de ánimo y desde ese estado vamos a ver e interpretar el mundo. Y claramente sabemos que no es lo mismo hacerlo desde un estado depresivo a uno de satisfacción.
De esta manera vivimos. Todo el tiempo. Percibiendo, interpretando, sintiendo y actuando.
Y eso es la subjetividad, el punto de vista. Cada uno de nosotros vivimos experiencias particulares, por eso interpretamos y opinamos diferente en muchas cosas y en otras compartimos pensamientos.
En relación a la PP ocurre algo similar, con la diferencia que el juzgamiento no es a lo que sucede afuera, sino a lo que nos sucede emocionalmente en la interacción con ese mundo exterior. Es cómo nos vemos y que interpretamos de nuestra “historia de vida”. Es lo que sentimos día a día con lo que vivimos. Con nuestras elecciones y decisiones. Tiene que ver con nuestros propósitos de vida, con los objetivos y lo que hacemos, o no, para lograrlo. Es la autoconfianza o la inseguridad, el miedo o la valentía, la resignación o la aceptación, es sentirse impotente para torcer el “destino” o poderoso para vivir la vida que queremos y como queremos.
Trabajar en este pilar es una decisión que se toma para auto-conocerse. Para identificar cuáles son las creencias o mecanismos inconscientes que nos limitan para tener una óptima calidad de vida.
Como primer paso es necesario poner luz y hacer consciente que “nadie tiene la VERDAD ABSOLUTA”, todo es una interpretación que elegimos adoptar. Incluso esta nota, o esta teoría, tampoco es VERDAD. Pero es la que elijo creer porque a “mí” me da resultado para vivir mejor. Y lo comparto.
Como segundo paso, es importante declararnos APRENDICES ETERNOS. Si nos paramos en ese lugar, vamos a estar siempre abiertos a incrementar nuestros conocimientos, a vivir nuevas experiencias, a descubrir nuevos caminos para lograr otros resultados, a cambiar de opinión, a empatizar con otros puntos de vistas, etc. Es a lo que llamo AMPLIAR LA PERCEPCIÓN.
A medida que vamos ampliando nuestro esquema de percepción, aumentan nuestras oportunidades para elegir. Empezamos a distinguir otras cosas que antes no las veíamos. Por ejemplo; Un astrónomo puede distinguir muchas constelaciones, figuras y planetas con una simple observación del cielo, que una persona que solo sabe que los puntitos que brillan allá arriba son estrellas. O un mecánico al abrir un capot de un auto, puede distinguir que función cumple cada pieza y en cual intervenir de acuerdo a la falla, diferente a  alguien que no sabe nada de mecánica.
Esto ocurre en muchos ámbitos de la vida y vamos eligiendo en base a lo que percibimos y elegimos creer.
Por otro lado, cada uno de nosotros nacemos con un potencial energético, con ciertos dones y cualidades que nos empujarán para SER quienes deseamos SER. Muchas veces reprimido por nuestros modelos mentales o la cultura. Y otras tantas confundidas con que para SER “algo o alguien” tengo que TENER cuál o tal cosa. “Cuando tenga el título voy a ser feliz… Cuando me compre el auto voy a ser puntual… Cuando tenga mi casa propia voy a ser un padre más presente con mis hijos…”

Esto lo desarrollaremos cuando hablemos del pilar de la ESPIRITUALIDAD, junto al sentido de vida y los valores en la próxima nota.

Cuerpo - Uno de los accesos para mejorar la :calidad de vida:

Habíamos hablado sobre los cuatro pilares a observar para evaluar nuestra calidad de vida. Quiero aclarar algo que me quedó resonando, la vida es un devenir, es una constante que avanza en el tiempo. La vida se vive viviendo, en constante movimiento. Por eso el foco de mi trabajo está puesto en ese transitar, en ese camino a las metas y los objetivos. De este modo, no es tan importante el fin sino el medio, el “cómo” lo hago.  Aunque ya hablaremos de la importancia de tener “Propósitos”, ya que sin ellos no nos moveríamos.
Y hablando de movimiento comencemos a echar luz al primer pilar. El CUERPO.
¿Por qué arranco por el cuerpo? Si estuviera hablando del principio de la vida de una persona, empezaría con la ESPIRITUALIDAD, ya que es el fuego, en relación a los cuatro elementos. Es la chispa o la energía que organiza la forma física que somos. Pero esta nota va dirigida a personas que ya están completamente “carnalizadas” en la materia. Donde el SER ya camina sobre la tierra, que es el elemento con el cual vamos a relacionar al CUERPO, porque es concreto. Porque es perceptible con los cinco sentidos exteroceptivos y por los sentidos internos de autopercepción.
Cuando hablo sobre el cuerpo como acceso a mejorar la calidad de vida, lo primero con lo que se lo relaciona es con la actividad física y la salud. Sí, es uno de ellos. Pero vamos a clasificar otros más que también son agentes de mejora.
-          Actitud corporal: El cuerpo como expresión de nuestro mundo racional y emocional. A través de nuestra postura, nuestros gestos, nuestra manera de respirar, reflejamos hacia el mundo exterior la coherencia de ese pensar y sentir. En algunas personas es más expresivo y otras lo reprimen de tal manera que minimalizan esta expresividad. Lo que no se tiene tan claro, hasta que se lo experimenta, es que desde la modificación consciente de la actitud corporal, influimos en las emociones y por ende en los pensamientos.
-          Imagen corporal: Esto refiere a la consciencia y la identificación que tenemos con nuestro cuerpo. En un extremo tenemos quién se identifica sólo con el cuerpo y por el otro quién ni siquiera contempla tener un cuerpo, que no lo percibe. En el medio una infinidad de gamas donde aparece la disconformidad, la queja, el descuido, la autoagresión, etc.
-          El cuerpo sintomático: A diferencia de la actitud corporal, donde lo que “muestra” el cuerpo son signos que se pueden percibir, el síntoma es la apreciación subjetiva de la persona sobre una anomalía causada por un estado patológico o una enfermedad. Desde esta mirada vamos a decir que cada síntoma, de acuerdo a donde esté ubicado, nos está dando información sobre que otros aspectos (de otros pilares) se están manifestando en ese síntoma. Muchas veces el cuerpo nos brinda datos que son pistas a seguir para descubrir algo más profundo.
-          Nutrición: Este acceso es muy importante porque llevándolo a términos concretos, es poner atención en la alimentación, que por un lado aporta los “materiales” para construir el cuerpo y por otro, es el combustible para que éste funcione y rinda correctamente. La falta y el exceso son perjudiciales y la calidad determinante.
-          Cuerpo móvil: Somos mamíferos evolucionados que nos diferenciamos de otras especies por la racionalidad. Este factor nos permitió desarrollar cada vez más elementos para tener una vida más cómoda. En la antigüedad para comer había que cazar o salir a recoger frutos de la naturaleza. Hoy desde una computadora podemos hacer un pedido al supermercado y nos lo traen hasta la puerta. Esta comodidad no es sinónimo de bienestar. Porque fisiológicamente nuestro cuerpo necesita del movimiento para que las funciones orgánicas se mantengan en armonía y saludables. La ventana que voy a abrir es que lo saludable es estar en movimiento, y eso no es solamente ir al gimnasio, practicar un deporte, o correr carreras. Hay muchas maneras de moverse en lo cotidiano sin necesidad de agregar una actividad más a nuestra rutina.

Hasta aquí llegamos. Seguiremos avanzando en la próxima nota sobre otro de los pilares de la calidad de vida. Gracias!

“Calidad de Vida… dónde estás?”

Hace muchos años vengo investigando y trabajando acerca de la calidad de vida. Claramente es un tema que nos atraviesa a todos, es un anhelo de constante búsqueda. Desde diferentes disciplinas como la sociología, ciencias políticas, medicina, etc. Tiene una concepción generalista y estadista. La mirada que propongo está centrada en el individuo, en cada persona, en el SER… en vos y en mí.
Aclaro que esta investigación siempre tuvo el mero propósito de alcanzar YO MISMO ese BIENESTAR. Y ahondé en tramas teóricas observando y llevándolas a la práctica, en diferentes especialidades como la Educación Física, Psicología Social, Ontología del Lenguaje, Antroposofía, Filosofía, Neurociencia, Astrología,  algunas medicinas alternativas, entre otras cosas. Y sobre todo las experiencias del acontecer diario en distintos ámbitos y sectores sociales, trabajando SIEMPRE con personas. Hoy estoy parado aquí con total entusiasmo, con la idea de COMPARTIR estas prácticas que me han ayudado, y lo siguen haciendo, en mi búsqueda personal.
Cuando buscamos algo, para poder encontrarlo tenemos que saber qué es lo que buscamos. Y cuando esa búsqueda está centrada en algo abstracto, cada uno irá por el camino que interprete, de acuerdo a su historia, que lo llevará a vivir mejor.
Cuando hablamos de calidad de vida casi que estamos hablando de “Felicidad”, aunque mi mirada sobre este tema es que la felicidad es la consecuencia de lo primero. Pero retomando la búsqueda… ¿Qué aspectos de vos observas para evaluar tu calidad de vida? ¿Sobre qué pilares construís bienestar? ¿Hacia qué aspectos de tu vida enfocas la mayor energía todos los días? ¿Cuáles son las emociones más recurrentes? ¿Cuáles son los vínculos más importantes para vos? ¿Cuál es tu creencia espiritual?
Estas preguntas, y sus respuestas, nos van ayudando a distinguir algunos dominios de nuestras vidas. Nos obliga a frenar la pelota, levantar la cabeza y mirar detenidamente que es lo que estamos eligiendo, en automático o consciente, y qué nos va devolviendo el mundo.
La idea de esta nota es ponerle luz a los Cuatro Pilares que considero debemos observar para evaluar nuestra calidad de vida. En notas posteriores iremos desarrollando cada uno de ellos brindando algunas herramientas de acción. Aquí solamente la enumeraremos.
1-      Uno de los pilares tiene que ver con la materia. No con lo material, sino con la materia que somos, nuestro CUERPO. Es nuestro vehículo para hacer, para movernos, desplazarnos, y también el que determina nuestra finitud en la tierra, al menos en este plano.
2-      El segundo es la PERCEPCIÓN PERSONAL. La imagen que tengo de “mí”. Los modelos mentales, los esquemas referenciales, lo consciente y lo inconsciente, las emociones que esto dispara. El estado de ánimo.
3-      Otro pilar fundamental son los VINCULOS. Nuestras relaciones con “los otros”. Familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo, jefes, comunidad, etc. Desde que nacimos nos movemos en grupo y rodeados de los demás. Necesitamos al otro como a nosotros mismos.
4-      Y por último la ESPIRITUALIDAD. El espíritu es ese fuego, esa chispa que nos da brillo, que nos da vida. Este pilar nos conecta con nuestra esencia. También nos conecta con la fé y con el amor universal. Aquí entran las religiones o las creencias divinas.
Cada uno de estos pilares son el sostén y lo que le va dando forma a nuestra vida. Mientras más saludable y firme se encuentran, mejor calidad de vida llevaremos en este tránsito sobre la tierra.

Gracias por leer, y en la próxima empezamos a desmenuzar cada uno de ellos.

Estrés vs Estrés



Carlos iba y venía, de un lado para otro, con cara de preocupado, la mirada enfocada al vacío y una corporalidad tensa. Atendía el teléfono, hablaba, cortaba y volvía a atender. En un momento, lo crucé en un pasillo y lo saludé…nunca me registró.
Al final del día, lo encuentro en el estacionamiento dónde por suerte me ve y saluda. Con un poco menos de tensión,  me cuenta que tuvo un día muy agitado.
Para intentar un humilde aporte, le sugiero comenzar a realizar alguna actividad física para liberar tensiones y estar con más energías, a lo que me contesta:
-          Estás loco!! Termino muy cansado  para  cansarme más todavía.
Querés que esté de mal humor todo el día!!

El deporte, como la actividad física son los recursos más comunes para lograr bienestar. Y es una creencia equivocada pensar que haciendo ejercicio, vas a estar más cansado.
Los pensamientos positivos, el amor, los estímulos sensoriales y el ejercicio físico aumentan el nivel de endorfinas y nos ayudan a tener más energías y superar los pequeños bajones cotidianos.
En los laboratorios donde se estudió en qué condiciones los ratones liberan endorfinas, se llegó a la conclusión de que las producen en situaciones de estrés fisiológico. Es decir, cuando tienen que escapar, saltar o correr, o cuando están frente a una situación de riesgo.
Los humanos fuimos capaces de simular momentos de estrés haciendo ejercicios o deportes en los que, en forma más controlada, se reproducen los mismos mecanismos que en las situaciones traumáticas o de estrés, y se liberan las mismas sustancias, las betaendorfinas.
Las investigaciones determinaron que la actividad física estimula la segregación de endorfinas y estas hormonas producen sentimientos positivos que pueden durar desde unos pocos minutos hasta más de 24hs. Las situaciones de estrés que se reproducen por medio de actividad física, ayudan al organismo a mantenerse en estado de alerta, mejorar su rendimiento y tener más energía.
Según los especialistas, el estrés biológico normal es beneficioso para la salud porque provoca en el organismo una respuesta, regulada por el sistema nervioso simpático, para conseguir una mejor adaptación al medio. Pero el cuerpo a veces responde bien al estrés y otras no.
Cuando el organismo es capaz de enfrentar y adaptarse a una situación estresante, en el nivel bioquímico ocurre un aumento de la liberación de endorfinas que se percibe emocionalmente como una sensación de bienestar. Es el estrés positivo.
Cuando el organismo no consigue responder ni adaptarse a una situación estresante, en el nivel bioquímico hay una disminución de la liberación de endorfinas que se percibe emocionalmente como una sensación de malestar. Es el estrés negativo, también llamado distrés. Eso es lo que te está pasando ahora.

Los científicos comprobaron que la cantidad de endorfinas que se sintetizan en el sistema nervioso central determina el estado de ánimo: en los trastornos depresivos, por ejemplo, disminuye la liberación de esas sustancias. .
Al parecer, enfermedades como el cáncer, la artrosis, ciertos tipos de migraña, procesos infecciosos que se repiten con frecuencia o enfermedades sin una etiología orgánica clara están relacionadas con niveles disminuidos de endorfinas.
Según algunos investigadores, estas hormonas participan en los complejos mecanismos neurobiológicos involucrados en la adicción. Por eso se las llama opiáceas, igual que a los derivados del opio: la heroína, la morfina y la codeína.
La sabiduría popular encontró argumentos románticos para tantas explicaciones científicas. Por eso los amantes apasionados dicen que el amor es adictivo; para los deportistas, el ejercicio es una droga, y para otros, la risa es salud. 
Amén.



Acidez muscular... acidez emocional.





Daniela. 26 años. Corredora de carreras de 10k, 21k y maratón (42,195 k).

Ex - jugadora de Hockey.

Cuando comenzó a entrenar con nosotros, se acercó con el anhelo de poder correr 30 minutos sin parar.

Comenzamos con una planificación adecuada para su estado y objetivos.

Al poco tiempo ya estaba corriendo 20 minutos sin parar y en un plazo de 4 meses corrió su primer carrera de 10 k.

Tal fue la emoción y entusiasmo que le generó haber sobrepasado ampliamente su objetivo (corrió la distancia en 60 minutos), que quiso ir por más.

Y fue por  una de 15k y así sucesivamente hasta tener entre sus conquistas 4 maratones, la última cumplida en 3 hs. 22 min. 12 seg.

Cualquiera de nosotros podría decir que es una persona “muy entrenada”… o no?!

Un día, chusmeando el Facebook, recibe una invitación para al Grupo de “Ex – jugadoras” del club donde ella había jugado hasta los 22 años. Se unió.

Como suele pasar en esta era de re-encuentros con compañeros de nuestra historia, se organizó una reunión en el club.

Pero de que otra manera iba a ser mejor sino jugando un partido que terminaba con un Tercer tiempo cargado de viejas anécdotas y la síntesis de la vida actual de cada una.

Siete contra siete en el terreno de juego. Jugaron en cancha chica para “correr menos”.

 Las más entrenadas, o las que seguían con alguna actividad,  fueron las que primero querían jugar. Daniela estaba en la cancha.

Comienza el partido y las chicas corrían empujando la bocha. La hacían correr velozmente en cada pase. De tal manera que casi era invisible al espectador.

Daniela se movía sobre la banda derecha de arriba abajo. Entre piques, fintas y dribling.

A los 20 minutos de partido Daniela cayó exhausta.

Sus piernas al borde del calambre y/o la contractura, no sabía definírmelo bien. Sensación de que le pesaban mucho. Quizás arrastraban el alma, que la tenía por el piso.

Decepcionada y frustrada. Ella se creía la “Más” entrenada…y estaba pidiendo el cambio.


El ácido láctico proviene de la descomposición de glucosa cuando no hay presencia de oxígeno (metabolismo glucolítico), es decir, un ejercicio anaeróbico como sería el levantamiento de pesas, correr a velocidad elevada o con cambios de ritmos donde hay mucha intensidad y poca duración.

En condiciones dónde metabolizamos energía a través del ejercicio aeróbico (con presencia de oxígeno) y cuando estamos entrenados para la Tolerancia láctica, ese ácido se reutiliza y no hay mayor problema.

Pero cuando seguimos con intensidad un ejercicio, el ácido láctico comenzará a acumularse al no darle tiempo al organismo a retirarlo. Esto provoca la acidificación de fibras musculares, que tiene dos consecuencias importantes:

  • Se inhiben las enzimas encargadas de romper la molécula de glucosa para obtener energía, por lo que se nos corta la producción energética de esta vía y como sabemos, si no hay energía, no hay movimiento.
  • Se impide que el calcio, componente fundamental para la contracción, se una a las fibras musculares y consecuentemente no se de la misma.

Por tanto, cuando hay mucho ácido láctico en el cuerpo, no tenemos ni energía ni capacidad para contraer los músculos, esto no es otra cosa que fatiga y lo mejor que podemos hacer es trotar suavemente unos minutos para restituir los músculos, luego elongar y parar la actividad hasta recuperarse.

¿Cómo podemos evitar el ácido láctico?
Para mejorar la tolerancia al lactato no hay otra cosa que entrenar generando lactato de forma progresiva para así ir adaptando al organismo a que recicle este componente y no se acumule, y también a soportarlo mejor.
El entrenamiento para la mejora de la tolerancia del ácido láctico se desarrolla en intesidades de trabajo anaeróbicas, siendo muy adecuado el entrenamiento intervalado intensivo.
Combinando intervalos cortos (hasta 3 min aprox.) de trabajo a intensidades de FC (frecuencia cardíaca) límite (90-95-100% de la FC máx.) con recuperaciones en zonas aeróbicas. Por ejemplo, pico al 95% de 2 min y recuperación al 65% de 4 min.
Como se puede deducir, se requiere un corazón bien entrenado para alcanzar tan altas intensidades y mantenerlas, minimizando todos los riesgos posibles.
Daniela pidió agregar entrenamiento anaeróbico en sus sesiones ya que de vez en cuando quiere despuntar el vicio sin frustrarse.

Atarse los cordones... puede ser difícil




Caso 1: Mientras caminaba por una calle en nuestra capital federal, un hombre de unos 50 años que se encontraba parado en la vereda por dónde circulaba, me pide si le levantaba los anteojos del suelo que se le habían caído. Muy gentilmente, al mismo tiempo que le respondía; “por supuesto”, me agaché velozmente, tomé los óculos del piso y se los entregué en la mano.
El señor agradeciéndome y con una mueca de frustración me dijo: “Cuando era más joven era más flexible, ahora si intento agacharme no llego ni a las rodillas que ya me tira todo”.
Caso 2: Eduardo es un compañero de trabajo de mi hermano Juan. Es una persona que “hace fierros” hace muchos años y le gusta verse grandote y musculoso.
En un cumpleaños de Juan  comenzamos a entablar una conversación y cómo era de esperarse, salió el tema gimnasio. Me pidió que le sugiriera algún método de entrenamiento eficaz para poder variar los que estaba haciendo hace muchos años, que lo tenían un poco aburrido y sentía que era siempre lo mismo.
Sin lugar a dudas comencé a contarle los métodos y ejercicios que a mi humilde criterio y experiencia, son efectivos para lograr los objetivos que planteaba.
Una de las recomendaciones generales que le arrojé, era la de estirar los músculos, antes durante y al finalizar la sesión de entrenamiento, para lo cual me respondió algo que me quedó grabado: “Tas loco!! si elongo me desinflo…”

 La flexibilidad es una cualidad física a la que hasta hace relativamente poco no se le concedía la importancia que merece, y aún hoy no se estimula su trabajo en todas las edades como se debiera.
La flexibilidad tiene dos componentes: elongación muscular y amplitud articular.
Es decir, la capacidad que tiene la musculatura para alargarse y el rango de movimiento que permiten los elementos articulares.

Como la flexibilidad involuciona con la edad, debemos trabajarla regularmente: al nacer tenemos una flexibilidad del 100% que con los años vamos perdiendo; poco a poco nos vamos haciendo más rígidos.
Los estiramientos fundamentalmente tienen dos mecanismos de acción sobre
el sistema muscular:

1.    A NIVEL VASCULAR provoca un efecto de “bomba de succión” que hace aumentar el riego sanguíneo en el interior del músculo.

2. A NIVEL NEUROMUSCULAR provoca una modificación del tono, ya sea estimulando o inhibiendo el huso neuromuscular, dependiendo de la intensidad y duración del estiramiento.
De esta manera, según en qué momento del entrenamiento empleemos los estiramientos van a realizarse de un modo diferente para conseguir los efectos deseados, y por tanto una mejor predisposición para la actividad que vamos a llevar a cabo.

Estiramientos en el calentamiento
Su función es la de tonificar la musculatura, preparándola para el esfuerzo. Por un lado el efecto de “bomba de succión” que provoca el estiramiento va a mejorar el aporte de nutrientes a las células musculares, así como una mejor capacidad de trabajo al disminuir la viscosidad y aumentar la elasticidad de los tejidos. Por otro lado, estimulamos el huso neuromuscular, aumentando el tono, es decir, ponemos al músculo en un estado de “pretensión”, de aviso ante el esfuerzo que se le avecina.

Estiramientos de vuelta a la calma
Después del esfuerzo, sea del tipo que sea, nos encontramos con una musculatura más o menos fatigada, con gran cantidad de sustancias de desecho en su interior y acortada. Los estiramientos ahora cumplen una función de “limpieza” gracias al mecanismo de “bomba de succión”, con el que se eliminan todos esos residuos producidos tras el ejercicio. De igual manera, se pretende dejar los músculos con sus longitudes iniciales y relajadas, disminuyendo el tono.


Estiramientos como trabajo de la cualidad física

Entramos ahora en la fase más importante del trabajo de la flexibilidad, y la que recibe normalmente menos atención.
La flexibilidad es una cualidad física que, al igual que la fuerza, la velocidad o la resistencia, se puede desarrollar con entrenamiento y a la que hay que darle un lugar en la semana para no tener limitaciones en la vida cotidiana como al señor en el caso 1. Cabe destacar que todos los músculos se deben estirar, tanto los del tren inferior como los del superior y el tronco.

Y conviene recordar que el fomento de esta cualidad implica una mejora de otras también, desde el momento que un músculo que opone poca resistencia a su elongación supone un menor esfuerzo para sus antagonistas, mayor economía, retraso de la fatiga, menor posibilidad de lesión, etc.
El desarrollo de estos estiramientos será entonces de LARGA DURACIÓN (algunos minutos, 3 – 5 min.) y ALTA INTENSIDAD (sensación fuerte de estiramiento, pero sin dolor).


                                                                  INTENSIDAD(*)
DURACION
CALENTAMIENTO
MEDIA
CORTA
< 10 – 15 seg.
VUELTA A LA CALMA
MEDIA / BAJA
MEDIA
30 – 60 seg.
TRABAJO DE LA CUALIDAD FISICA
ALTA
LARGA
3 – 5 min.
(*) BAJA: leve sensación de estiramiento.
MEDIA: sensación bien definida de estiramiento.
ALTA: sensación fuerte de estiramiento, sin dolor.









   

 Durante el tiempo que se mantenga el estiramiento se irá progresando poco a poco en amplitud, de acuerdo como la musculatura vaya relajándose y acomodándose al nuevo estado de longitud.